sábado, julio 28, 2007

NUESTRO LEONARDO: EL INVENTOR DEL TELEKINO



Resulta que tenemos un españolito que fue, entre otras cosas, inventor del telekino. Estamos hablando nada menos que del primer mando a distancia DEL MUNDO. En 1906 le hizo una demostración al Rey, manejando a distancia una embarcación.

También el teleférico de las cataratas del Niágara, en Canadá, es obra suya y hoy aún funciona.












Y qué decir del diseño de un modelo nuevo de dirigible que solventaba los problemas del clásico zeppelín, y que después todos los países del mundo querían comprar y llegó a usarse en la Gran Guerra.

Claro que también inventó nuevas máquinas analógicas para hacer cálculos de integrales y variable compleja, mucho mejores que las de Babbage.




Con engranajes, poleas y pulsos electromagnéticos fabricó el primer ajedrecista autómata analógico DEL MUNDO, capaz de dar mate con torre y rey contra rey. Muchos miraron debajo del tablero en busca de un enanito escondido (esto me recuerda al “móvil perpetuo de primera especie y de segunda especie”, pero ya hablaremos de eso).

Como minucias, lo nombran Doctor Honoris Causa de la Sorbona de París, le dan la condecoración más importante del mundo -la Medalla Echegaray (por cierto, otro españolito este Echegaray)-, lo hacen miembro de la Academia de Ciencias de París y en España le dan el butacón que en su día ocupó Pérez Galdós en la Real Academia Española.

A mí, personalmente, lo que más me abruma no es que dejara a Leonardo Da Vinci a la altura de “pintorcillo que sabe de artilugios”, lo que me fascina sobremanera es el telekino y el año de concepción. Hoy ya dominamos la telekinesia: cualquiera de nosotros puede mover objetos con la mente, pero en su época debió ser algo sobrenatural ver a un tipo que con un mando a distancia dirige los movimientos de un objeto lejano. Supongo que no faltarían quienes lo acusaran de Heresiarca.

Dedicado a Don Leonardo Torres Quevedo, genio.

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