El sueño de lo sondable
He soñado que los brazos de la Vía Láctea agarraban fuerte una montaña de gominolas,
he soñado que el Amazonas y el Vinalopó desembocaban en el mismo y dulce mar,
que se arrepentían de las múltiples crecidas del pasado, ahogando uno a uno los poblados y las gentes,
he soñado dos tatuajes tribales a ambos lados de la espalda del África negra,
pero después se lo tragaba todo el Tiempo, famélico, se perdía en el abisal destino.
Sigue la lucha entre miriápodos y cefalópodos.
En otra vida estuve durante largo tiempo enterrado en el cementerio de poetas de Roma. Nada más llegar les pregunté qué tal, y me dijeron que aquello era un sinvivir.
La imagen del sueño era similar a esta .
Este sueño no he podido manipularlo, todo ocurrió demasiado rápido. Pero la brega continua. Recuerdo unas palabras de un mariscal de Napoleón durante el sitio a Zaragoza:
"... cada calle un sitio, cada casa una mina... la victoria da pena."