viernes, abril 28, 2006

INTERGALAKTIK

"La mente da órdenes al cuerpo y éste obedece inmediatamente. La mente da órdenes a la mente y encuentra resistencia"

San Agustín



Ayer fui al oftalmólogo y me hizo el test voight kampf (Test de empatía para detectar replicantes). La sentencia fue que por ahora no necesito unos ojos mitsubishi. Me recetó mirar al horizonte de vez en cuando para no perder más visión. Luego me preguntó qué sentiría si caminando por el desierto me encontrase con un galápago bocarriba.

Esa misma noche volvía de recogerla y, con estos ojos de los cuales todavía desconfío, vi a un símil de Francisco Ibáñez bajar la bolsa de la basura. Yo le dije telepáticamente: “el camión ya ha pasado hace un buen rato”. Y él me ignoró como si no le hubiese dicho nada. Indiscutiblemente lo que llevaba en aquella bolsa eran los restos de su pariente más cercano sin sangre compartida. Esta es otra de esas nimias historias que mis ojos me cuentan sin decirme nada al oído y que yo escucho atentamente. De la misma forma que mis aterrados lectores siguen de manera indiscreta la curiosa vida de los desafortunados que se cruzan conmigo.

Asimismo, yo sabía que los puentes, las vías del tren y los propios cimientos de la ciudad se estaban convirtiendo en carne, algo bastante conveniente para los que no somos vegetarianos. Por eso, y no por otra razón, fue por lo que perpetré aquella matanza de niños subido en el campanario de la iglesia del “rabal”. ¡Cómo caían uno tras otro, sin saber de dónde venían los proyectiles (Pues mi arma llevaba un bellísimo silenciador)!. Trataban de refugiarse en portales de edificios y en los cines odeón, pero no había suerte, pues seguían muriendo como ratitas. Lloré por ellos grandes lágrimas. Y a continuación bajé a la calle, ye hecha de carne, y di cuenta del maravilloso festín, dientes ensangrentados, mirada feroz.

“Ojos, ojos, ojos…, mente, mente, mente… Temo necesitar implantes bajo mi tersa piel. De verdad me asusta que los médicos quieran insertarme algún cacharro de esos que tanto se usan en estos tiempos acelerados y consumistas, pues desconfío mucho de esos mentecatos infiltrados en la política. Esta gente es manipulada mediante el soborno y sé de buena tinta que no les cuesta dejarse llevar por el lujo y la comodidad. Sé que no quieren que pensemos mal y sé que ellos han descubierto la manera de hacer que nuestra mente no se resista.”

Estas reflexiones me hacían actuar, proceder, ejecutar… y vaya si ejecutaba.

Mi mente hizo un rápido repaso a lo sucedido:

1.- Me habían implantado unos ojos artificiales.
2.- La gente bajaba bolsas de basura con cadáveres troceados. No escuchaban.
3.- Maté muchos niños.
4.- Descubrí que mi mente estaba siendo controlada por pequeños implantes. Nos guían.
5.- Decidí que si mi mente estaba siendo controlada, tendría que defenderme. Me hice otra operación. Extrajeron mi cerebro, lo pusieron en un contenedor con líquido nutriente y luego me preguntaron qué cuerpo me debían implantar. Yo dije a mis sorprendidos cirujanos, pensando en los niños otra vez:
- Excavadora.


EL BICHO STRIKES AGAIN

"La violencia es la madre de la ciencia"

Anónimo




Hay personas que atesoran un gran riqueza en su interior: la maldad. Caín, provocado por la debilidad de su hermano, asesinó a Abel, y a partir de entonces, desde que el hombre es hombre, ha seguido el ejemplo del bíblico personaje.

¿Cuántas guerras, matanzas y bellos genocidios tendréis aún que contemplar para comprender la verdad? El hombre es el mal, y el bien es sólo un estado alterado, una escasez momentánea y patológica del mal, al igual que la luz no es más que una escala de la oscuridad, o la vida una interrupción de la no existencia.

Algunos os dirán que el prójimo merece un respeto, otros os dirán que el amor es la fuerza que mueve el universo. Pero el prójimo sólo es un obstáculo en nuestro camino, y el amor es sólo odio y miedo disfrazados para el carnaval.

La música que mueve la evolución no es una sinfonía, queridos míos, sino una cacofonía, un perfecto, puro y verdadero caos en el vacío. Salid a ver el cielo en una noche de verano. La penumbra reina en los rincones de esta sala que vosotros llamáis hogar.

Yo os digo:

1.- Odiad por encima de todas las cosas
2.- Tomad el nombre de lo sagrado en vano
3.- Dedicad el domingo a planear las mayores maldades
4.- Deshonrad a vuestros progenitores,
5.- Matad mucho
6.- Cometed actos impuros con extrema violencia si es posible
7.- Robad lo que os debería pertenecer
8.- Confundid y engañad para cubrir vuestros actos
9.- Tened pensamientos y deseos impuros y procurad que otros también los tengan
10.-y por último, envidiad a todo el que no merezca tener lo que vosotros ansiáis.

Todos estas sencillas reglas de conducta se pueden resumir en una sola: odiaos entre vosotros como yo os he odiado.

Escuchad la voz de aquél que sólo quiere vuestro mal.

Eternamente vuestro

Vuestro tío Ángel