miércoles, enero 30, 2013

Diagnosis de la caída de la cubierta de la plaza de toros de Las Ventas

 Diagnosis de la caída de la cubierta de la plaza de toros de Las Ventas.

Muchas son las especulaciones que circulan sobre las posibles causas del colapso de la cúpula, tantas como mecanismos de fallo. Enumerar los posibles mecanismos de fallo es un ejercicio tautológico, tan baladí como que un médico nos diga que el abuelo murió por causas naturales: es menester que nos digan si se le paró el corazón, el cerebro, si le fallaron los pulmones o un riñón. Los técnicos deben mojarse, y apuntar a una causa concreta. Mi hipótesis es la siguiente: los técnicos no han considerado en el cálculo la interacción entre la nueva estructura y la vieja. O, al menos, no lo han considerado debidamente.

La estructura metálica apoya sobre unos dados de hormigón prefabricado que a su vez descansan sobre el graderío. Estas zapatas reciben un empuje vertical y otro horizontal. El vertical descansa sobre el graderío, comprimiendo todo lo que hay por debajo, y el empuje horizontal de las zapatas lo absorbe un anillo circular exterior de perfil metálico que une todas las zapatas. De este modo se consigue que las zapatas no transmitan empujes horizontales sobre el graderío. Hasta aquí todo perfecto. Pero, ¿de verdad ese anillo absorbe todo el empuje horizontal? No, todo no. El anillo traccionado se estira, se deforma y acaba empujando al graderío. El graderío es aparentemente de hormigón armado, según veo en las fotos, pero debajo de ese parche de hormigón hay toda una estructura de ladrillo que a su vez descansa sobre una estructura metálica. El graderío de ladrillo sobre estructura metálica fue la construcción original de 1929, y el asiento de hormigón probablemente vino después, aunque no tengo datos para corroborarlo. Da igual: lo importante es que ahí debajo hay toda una mampostería de ladrillo. Este tipo de mampostería, como bien saben los ingenieros y arquitectos, son absolutamente incapaces de soportar tracciones. De modo que basta con que las zapatas de hormigón empujen ligeramente en dirección radial para que el ladrillo se mueva por sus juntas.
¿Y no calcularon los técnicos que ese anillo podía dilatarse? Claro, el programa de cálculo lo calcula exactamente, incluso podría hacerse a mano. Sin embargo el sentido común y la experiencia nos dicen que ese cálculo a tracción del anillo es cuanto menos sospechoso. Sospechoso porque el anillo no es un anillo metálico perfecto: una discontinuidad hecha de uniones acero (tornillería) que rara vez se comporta como predice la teoría. Estamos hablando de unas zapatas traccionadas en una dirección y comprimidas en otra, lo cual supone un estado biaxial de cargas que amplifica la tracción sobre el hormigón de las mismas, y por tanto la deformación del anillo perimetral exterior. De modo que el mecanismo de fallo que conjeturo es el siguiente:
1. El anillo traccionado se deforma más de lo previsto.

2. Como consecuencia de 1, las zapatas empujan al graderío más de lo previsto.

3. El graderío, bajo la piel de hormigón, no es más que un arco de mampostería.

4. Los arcos de mampostería están para trabajar a compresión, no a tracción. Es como si pusiéramos un puente romano con el círculo mirando hacia abajo, no duraría ni un santiamén.

5. Como consecuencia de 4, las zapatas se mueven unos pocos milímetros en dirección radial.

6. El punto 5 es lo que llamamos cargas de movimiento. Las cargas de movimiento, por pequeñas que sean, pueden provocar sobretensiones en la cúpula mucho mayores que los vientos para los que se diseñan. Este es el posible error principal del calculista: no considerar correctamente los efectos del empuje de las zapatas sobre el graderío.

7. Las sobretensiones del punto 6 plastifican las rótulas de la cúpula, éstas giran como un chicle recién masticado y, lentamente, sin violencia, la deformación excesiva se da de bruces contra la arena del ruedo. Conforme va cayendo, las cargas horizontales sobre las zapatas se hacen cada vez mayores, la inestabilidad es ya inevitable, acrecentada por barras que fueron diseñadas a tracción y ahora se comprimen y pandean.

De modo que la estructura cayó por su propio peso, ayudado por un simple soplo de Eolo. Y, en contra de lo que se ha dicho, sí se ha afectado a la plaza original (aunque bien poco, no vayamos a hacer un circo de una plaza de toros).


 Varias cosas coinciden con esta hipótesis como causa más probable:
-El hecho de que se desmoronara justo después de ser montada hace pensar que el fallo es por causas sistémicas. Esto anula totalmente la hipótesis de viento excesivo. De hecho la hipótesis de viento excesivo se anula por sí sola ya que aquella noche no hubo viento excesivo, pues estas cosas se diseñan para más de 100km/hora. La posibilidad de que el viento de succión hiciera trabajar a compresión –y pandearan- barras diseñadas a tracción no me parece tampoco posible ya que la hipótesis de succión es algo muy normal –más bien obligatorio- en los cálculos. Al ser una estructura ligera, también hay quien habla del famoso fenómeno de resonancia –recuérdese el puente Tacoma Narrows-, que hace que pequeñas ráfagas de viento puedan amplificar movimientos y colapsar, pero el hecho de que haya caído el mismo día de su construcción reduce esta posibilidad a una entre un millón, y me quedo corto.
-La perfección de la caída. Si ven las imágenes verán que no ha habido fallo local, la cúpula está perfecta, pero unos cuantos metros más debajo de lo que debía estar. Dicen que tardó 15 minutos en caer, aunque sinceramente dudo que hubiera gente a las 4 de la mañana del domingo mirando el espectáculo sentado en las gradas superiores.
-La hipótesis de la prueba de carga es en sí misma un sofisma. En primer lugar, porque en ninguna imagen se aprecia ningún tipo de prueba de que eso se ha hecho (no hay tensores ni cargas colgando de la estructura). En segundo lugar porque, en el caso de que se haya hecho, esa carga estaba prevista en los cálculos, es decir, seguiría sin explicar porqué la cúpula no ha soportado lo que estaba previsto.
-Aunque bien es cierto que hoy en día hay mucho ignorante de su propia ignorancia calculando estructuras con programas muy sofisticados –la tecnología como redención de los idiotas-, las cúpulas se suelen encargar a gente muy experta, de ahí que las hipótesis de fallo del calculista en la estructura metálica y de hormigón me parecen peregrinas. Sin embargo, calculistas que sepan de la interacción de cargas con fábricas de ladrillo antiguas hay muy pocos en todo el mundo.
-La falta de diagonales que refuercen la torsión también es algo de lo que se ha hablado. En las imágenes se aprecia claramente que el círculo central está ligeramente girado respecto al resto de la cúpula. Se les olvida a quienes arguyen esta conjetura que cualquier estructura puede soportar cualquier carga, incluso aunque tengan una disposición totalmente contraria al sentido común: basta con usar perfiles desaforados. Por supuesto aquí el sentido común nos dicta que esas diagonales eran necesarias para soportar excelentemente la torsión, pero eso no significa que la estructura sin esas diagonales no pudiera soportar algo de torsión. Supongo que no las pusieron para facilitar el montaje y desmontaje, y quiero pensar que la torsión se tuvo en cuenta en el cálculo. Si la torsión no se ha tenido en cuenta en el cálculo, entonces me decanto claramente por esta causa. Sin embargo, como digo, quiero pensar que la ha calculado un especialista de verdad y que no ha obviado semejante obviedad.
-También se podría hablar de fallo a pandeo lateral, y en consecuencia la torsión manifestada. Pero el pandeo lateral es algo que se aprende el segundo día de clase, dudo infinitamente que no haya sido tenido en cuenta.
-O incluso de no haber considerado el efecto Bauschinger, ya que en el proceso de ejecución las cerchas están apoyadas "anómalamente" en el suelo. También lo considero una opción peregrina, pues las hipótesis de carga durante la ejecución se aprenden el tercer día del cole (aunque dudo que el 90% de los técnicos que están leyendo esto sepan lo que es el efecto Bauschinger, el cual aumenta el límite elástico en una dirección de la rama carga-descarga pero lo disminuye en otra).
-En resumen, descreo de cualquier fallo común derivado del calculista, ya que estas estructuras singulares se suelen encargar a gente muy especializada y experta, no se lo encargan al tonto de la clase.
 ¿Y qué han hecho mal los técnicos?¿Qué tan buenos son? O bien consideraron que las zapatas de hormigón eran apoyos fijos (y que por tanto no transmitían cargas horizontales a la mampostería) o bien supusieron que eran menos móviles de lo que realmente han sido. Quizá los neófitos no entiendan muy bien esto. Lo explicaré: la diferencia entre suponer apoyos fijos o apoyos no fijos (mampostería deformable) es la diferencia entre tardar una tarde en calcularla o tardar varios meses en aprender algo de lo que no se tiene ni la más remota idea, ya que no se estudia en las carreras. Evidentemente, la opción de considerar apoyos fijos es más tentadora en los tiempos que corren.
En este vídeo se aprecian los apoyos de las zapatas, así como el fallo puntual de una barra, muy probablemente ocurrido en la fase final de deformación, y tal vez el nudo que primero plastificó:

http://videos.libertaddigital.tv/2013-01-28/se-desploma-la-nueva-cubierta-de-la-plaza-de-las-ventas-PAEVdOXKDpQ.html
¿Y tú que habrías hecho? -Prestensar el anillo exterior antes de cargarlo, para dar holgura a futuras deformaciones (la misma idea que usó el abuelo de Ana Torroja en el mercado de Algeciras, hace casi un siglo, aunque en su caso fue, además de para centrar la carga, para facilitar el descimbrado). Esto es muy barato y fácil de desmontar, colocando tensores horizontales entre zapata y zapata, a modo de cuerda del círculo. -Poner diagonales para torsión, si el presupuesto de montaje y desmontaje lo permite. -Usar perfiles circulares en lugar de cuadrados. Mejor aún: usar perfiles elípticos que se adaptan mejor a la aleatoriedad del viento. -Alejarme mucho de las 160 toneladas que dicen que pesa. Apuesto a que con 120 toneladas se puede hacer y mejor. -Pero sobre todo, lo que habría hecho es no gastarme casi 5 millones en algo que por nada del mundo debe costar más de 2 millones. No olvidemos que en el fondo no es más que un toldo con cuatro yerros, no puede costar más de lo que se llevó el Dioni… sería inmoral. 


 ¿Cuál será la versión oficial? Probablemente dirán que falló una unión, un tornillo, una soldadura, un defecto puntual del aluminio, fallo de montaje… y que se generó un mecanismo de fallo en cadena. Y la culpa para los gabachos, para vengarnos de Napoleón: “Cada calle un sitio, cada casa una mina… la victoria da pena”, que dijo su mariscal en el sitio a Zaragoza.


PD: Todas estas conjeturas se basan en las fotos que circulan por la red.