viernes, mayo 18, 2012

El sueño de lo sondable

He soñado que  los brazos de la Vía Láctea agarraban fuerte una montaña de gominolas,
he soñado que el Amazonas y el Vinalopó desembocaban en el mismo y dulce mar,
que se arrepentían de las múltiples crecidas del pasado, ahogando uno a uno los poblados y las gentes,
he soñado dos tatuajes tribales a ambos lados de la espalda del África negra,
pero después se lo tragaba todo el Tiempo, famélico, se perdía en el abisal destino.
Sigue la lucha entre miriápodos y cefalópodos.

En otra vida estuve durante largo tiempo enterrado en el cementerio de poetas de Roma. Nada más llegar les pregunté qué tal, y me dijeron que aquello era un sinvivir.

La imagen del sueño era similar a esta .


Este sueño no he podido manipularlo, todo ocurrió demasiado rápido. Pero la brega continua. Recuerdo unas palabras de un mariscal de Napoleón durante el sitio a Zaragoza:
"... cada calle un sitio, cada casa una mina... la victoria da pena."

Supongo que Nostradamus lo tenía más fácil, en su época no estaban las interferencias de la tecnología de ondas.

Os dejo con la magia de Escher:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opina ya