viernes, abril 02, 2010

El Necropolita - XII


XII


Dyango M. llegó temprano. Se sentó junto al asiento de Brotons, y dejó soltar un leve suspiro. Estaba visiblemente desquiciado. Brotons contaba con ello, y también con que en aquél momento le tenía en sus manos y haría lo que había venido a hacer sin rechistar. Por eso no se molestó en reprenderle cuando el alcalde alegó:

— De todas formas creo que esto terminará por explotar. ¡Joder, nada tiene sentido!
Brotons ni siquiera le miró. Estaba concentrado en aquel sujeto barbudo del otro lado del cristal del que cada vez conocían más gracias, en gran medida, a los manuscritos hallados en la cueva de la Necrópolis. Pablo Brotons había encontrado oro sin proponérselo. Y era feliz. Sumamente feliz.


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El Necropolita - XII by Francisco Marí Coig y Juan Pastor Serrano is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.

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