sábado, junio 16, 2007

Santa María

¿Os habéis fijado en el desplome de los muros de la Basílica de Santa María? Yo cada vez que paso entre el colegio de abogados y el de los aparejatas me paro a mirar cómo se juntan en el cielo la torre del edificio de los últimos con la esquina de la iglesia, mientras que en la tierra están separados varios cm.

Es curioso ver cómo las grietas parecen indicar que la fachada principal se tumba hacia la placita que tiene delante. Me pregunto si las llaves que colocaron entre los pedazo de sillares realmente unen o si el día que el muro diga de moverse se la traerá floja.

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1 comentario:

  1. Hipótesis 1: es un efecto óptico. Todos sabemos de aquella aberrante costumbre de los griegos por deformar la realidad para compensar los defectos de enfoque del iris humano.

    Hipótesis 2: en lo alto, en el cielo, Dios quiere que se junten; en lo bajo, en el suelo, Satanás anda de fiesta y los quiere separar.

    Hipótesis 3: Los cantos no rodados (pues de paralelepípedos se trata) son la antítesis de los Rolling Stones. Sus satánicas majestades hallan el perfecto contrapunto en las delicadas voces místicas intramuros. Los abogados son del diablo.

    Hipótesis 4: El nombre correcto de los abogados no es “abogados” pues se trata de un participio que implicaría que alguien aboga por ellos. Menos inexacto sería nombrarlos como “abogantes” , es decir, dícese de aquellos abogan por alguien y/o por alguna causa. De esta confusión nace que unos tiren pa un lao y otros pa otro.

    Hipótesis 5: las partes bajas de los edificios son como las partes bajas de los homínidos, es decir, guían su conducta con elementos de juicio primarios e instintivos. Por eso quieren “tocar bola” (más riguroso, aunque menos romántico, sería decir lo correcto “tocar paralelepípedo”). Una vez obtienen lo buscado, se separan.

    Hipótesis 6: Ninguna de las anteriores hipótesis es cierta.

    Corolario: lapidar no es un verbo reflexivo.

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