domingo, julio 29, 2012

José Payá Alberola: sigue saliendo mierda del Premio de narrativa Café Marfil (ex-Antoni Bru) de Elche

José Payá Alberola, adalid de la ética cristiana en la ciudad de Elche.


Hoy me he levantado con este interesante artículo de Juan Ródenas Cerdá, finalista:



Juan Ródenas Cerdá fue galardonado con el segundo premio, el cual consiste en nada. 

Bueno, seamos rigurosos y sinceros, el segundo premio no ha consistido en nada: ha consistido en ser humillado públicamente.

En las bases del concurso ya ponía algo así como que el jurado se reserva la opción de mencionar un segundo premio. Realmente, cuando supuestamente Payá  (presidente honorífico del Patronato Histórico Artístico y Cultural de Elche) redactó o mandó redactar esa frase estaba pensando que, dado que el primer premio era para él, sería un poco injusto que no se hiciera ninguna mención a la mejor obra, o tal vez para evitar jaleos dentro de su propia organización -que los ha habido y no pocos.

El artículo de Juan Ródenas es magistral. Con una calma atlántica asume la realidad que le dicta la experiencia de que el segundo premiado en un concurso literario es en realidad la mejor obra. Con una caballerosidad inaudita, llama a Payá para felicitarle -supongo que un acto de cortesía, pues el propio Ródenas ya sabía de qué iba todo esto-. Lo más gracioso es cuando Payá le dice que lo entregó a última hora y casi porque le cogía de paso,  supongo que preparando la supuesta coartada "Me presenté por miedo a la escasa participación...", coartada bastante absurda, o mejor dicho, que se delata a sí misma: si sabe que hay poca participación, las probabilidades de que su libro gane se disparan. Y más aún ¿cómo iba a prever el señor Payá que habría poca participación?¿A qué datos tenía acceso? Quiero decir ¿alguien del jurado le informaba puntualmente del número de obras que iban entrando o era él mismo quien las catalogaba?  La supuesta coartada se desmonta y se delata ella sola.

Yo asistí a la entrega de premios por una carambola quijotesca, pero me llamó mucho la atención que ni se mencionara al finalista Ródenas Cerdá. Es como si el segundo premio nunca hubiera existido. Lo que Ródenas no sabía al felicitar a Payá por teléfono, y al advertirle de la polémica, era que se estaba condenando a ser ninguneado. Es lo que pasa cuando la zorra guarda las gallinas.

Si no entendí mal el artículo: Ródenas se enteró de su segundo puesto por los periódicos, nadie del Ayuntamiento le ha llamado para decírselo. Supongo que si Ródenas no leyera periódicos viviría el resto de su vida sin saber que quedó en segundo puesto en el premio narrativa 2012 de Elche; y por supuesto no pudo asistir a la cena de entrega de premios, porque no sabía ni dónde se haría ni a qué hora. Sólo Berlanga es capaz de imaginar algo así.

Con la publicación de este artículo de Ródenas en el diario Información, disminuyo mis quejas al rotativo de más tirada alicantina. Pero no las retiro del todo, no hay todavía ningún titular que denuncie claramente que el dinero de mis impuestos se ha usado para cometer una supuesta prevaricación.

Continúa la colitis intelectual.



Puedo empezar, pues, a escribir mi libro...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opina ya