lunes, mayo 18, 2009

BENEDETTI EMPRENDE OTRO VIAJE


La noticia recién aturde en los medios: acaba de morir el poeta más grande que ha parido el siglo XX, ya sea en lengua hispana, inglesa, turca o japonesa... da igual, ya que todos los escritores del mundo reconocen al castellano como el más bello y rico de los idiomas. Deseamos de todo corazón que rueden las cabezas -o al menos que padezcan afrentas intelectuales e ignominias- de los responsables de que no se le haya dado en vida el premio más grande de la literatura mundial, el Cervantes. El hecho ya fue denunciado en este blog no hace mucho. Con tiempo prepararemos un texto para honrar aquí a Mario. De momento, no descanses en paz, Mario: sabemos que seguirás escribiendo desde la nube aplomada.

1 comentario:

  1. Leí por primera vez un poema de este hombre en 'el Vicent', semanario que publica la verdad para las universidades de Alicante y que a menudo incluían poemas suyos. Recuerdo que no me atrajeron mucho.

    Han pasado los años y no sé si es que estoy influenciado por tu opinión sobre él o que el que seleccionaba los que eran publicados en aquel periódico elegía los que no me gustaban, pues, como es normal, todo lo que escribiese no ha de ser obra maestra. Eso sí, he podido comprobar que escribió más versos con rimas de los que mostraban en aquel panfletillo universitario, y es eso lo que a mi me pone cachondo de verdad: escribir discursos que no hablarías en una conversación corriente.

    Ya sabéis que mi debilidad son los sonetos, he aquí uno de este señor:

    El soneto de rigor


    Tal vez haya un rigor para encontrarte
    el corazón de rosa rigurosa
    ya que hablando en rigor no es poca cosa
    que tu rigor de rosa no te harte.

    Rosa que estás aquí o en cualquier parte
    con tu rigor de pétalos, qué sosa
    es tu fórmula intacta, tan hermosa
    que ya es de rigor desprestigiarte.

    Así que abandonándote en tus ramos
    o dejándote al borde del camino
    aplicarte el rigor es lo mejor.

    Y el rigor no permite que te hagamos
    liras ni odas cual floreros, sino
    apenas el soneto de rigor.





    Pedazo de sonetazo, el soneto de los sonetos. Pronto os atronaré con uno doble de mi cosecha. Ya sabéis, rimas pedantes, rimbombantes y flagelantes con cochinadas variadas.

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