lunes, enero 30, 2012

Los nuevos ágrafos: la peor lacra de la sociedad moderna (disertaciones en torno a los Indignados)

Imagen del "perezoso" en una selva centroamericana.

Dicen los libros sagrados y todos los hombres sabios que en el mundo han sido que el más abyecto mal de la humanidad es la ignorancia. Hubo un tiempo en que los ágrafos no lastraban el devenir de los demás hombres, simplemente asumían su realidad y obtenían trabajos acordes con su valía, y entonces todos estaban contentos. Pero ahora los times are changing, my friend...

Una de las notas características de este blog es su asepsia política. La falta de inteligencia en ese ramo nos obliga a ello (dudo que algún día vuelvan los tiempos de Sócrates). Pero hoy me ha llegado un spam donde se mezcla a la política y a Arturo Pérez Reverte (nuestro murciano favorito, nuestro Aníbal cartaginés que blande pluma y escupitajos de tinta con el tino de Caravaggio) de una manera muy vil, lo cual me ha tocado la moral y los cojones a partes proporcionales.

El spam se trata de un artículo denunciando los desmanes políticos que venimos sufriendo, y es muy certero en algunos casos, aunque atrozmente incongruente en su conjunto. Al leerlo noté también que la calidad literaria era harto mediocre, lo cual no cuadra con el gran Arturo. El artículo viene encabezado por la foto de Arturo y su firma. En resumen, se ha usado el nombre de Arturo, de Dios, en vano: el cadalso de la ignominia es el destino que le deseo al impostor que ha cometido semejante tropelía.

¿Y quién ha sido el deleznable manipulador? Su nombre es claro: el indignado (gandul). El indignado (gandul), no sólo es incapaz de notar la diferencia literaria de Arturo, es más, no sabe que entre sus destinatarios puede que haya colado algún no-indignado. Por su puesto la pléyade de ágrafos que frecuenta tampoco es capaz de notar que esas letras son mediocres. Y digo ágrafos porque esta generación del sms, el msn y el facebook no sabe leer ni escribir: porque no entienden lo que leen, y porque no saben escribir correctamente (no digamos ya con calidad literaria...); en este aspecto están al mismo nivel que la mayoría de los españoles de la posguerra. Están tan habituados a la rueda del ratón que dudo mucho que sepan siquiera pasar una página con los dedos, y no descarto que la evolución de Darwin haga de esta humanidad una raza de hombres-muñón domeñados por cabras mecánicas acéfalas.

El indignado(gandul) sale a manifestarse cuando viene el buen tiempo, abril... mayo... cuando las chatis van de tirantes y minifalda. El indignado (gandul) no sale en invierno porque hace frío y las chatis van tapaditas, ni tampoco en agosto porque hace mucho calor para una plaza del centro y prefiere estar tirado en la playa. Aún recuerdo cómo la manifestación de Madrid empezó a resquebrajarse cuando las chicas decidieron no pasar la noche en las tiendas de campaña -acosadas por mendigos y delincuentes. Si no hay chicas con quien pasar la noche nada tiene sentido en la vida.

El indignado(gandul) no sabe porqué le pasan estas desgracias a él, pero misteriosamente mientras él se pasa varios días de acampada en la plaza los empollones están en casa estudiando los exámenes de junio. ¿Alguien de vosotros vio algún empollón gafitas 4 ojos entre los indignados? No, porque estaban en casa estudiando para sacar sobresalientes, porque el día de mañana será conditio sine qua non tener un excelente currículum. Y es que el indignado (gandul) se caracteriza por acabar en 6 años una carrera de 3, con notas mediocres aun teniendo el doble de tiempo.

El indginado abomina de las centrales nucleares y enarbola la bandera verde de las energías renovables erigiéndose como heraldo de la moralidad, pero no sabe que la eólica es el triple de cara que la nuclear, y que la fotovoltaica es más de 10 veces más cara también. En esto estoy en acuerdo con ellos: yo pagaré la factura de la luz nuclear (40 euros al mes) y ellos que paguen las renovables ( 300 euros al mes).

El indignado (gandul) focaliza casi toda su ira en el banquero y en la deuda en que nos han metido, pero yo no recuerdo cuando me hipotequé que el jefe de la sucursal de mi banco me apuntara con una pistola a la cabeza y me dijera con acento aceitoso: "... o tu firma o tus sesos en el papel del contrato". No. Al indignado(gandul) tampoco lo obligaron a firmar, el indignado(gandul) firmó voluntariamente mil años porque quería un piso nuevo, financiado al 120% (?¿?¿) con dos plazas de garage, en lugar de uno de segunda mano, sin plazas, en el pueblo de al lado (que es lo que hacían nuestros padres con dos dedos de frente).

El indignado (gandul) no es un ente nuevo. Los hemos visto todos en la universidad: son los que están en el césped fumando porros, los que se pierden la clase de las 8:00 porque hacía sueño, los que no se pierden la fiesta de la uni de los jueves noche, los que salen cada fin de semana con el dinero de papi-pagalotodo. Antes esta gente no llegaba a la universidad: acababan la EGB y se ponían a trabajar en oficios manuales, pero claro, ahora tienen un título y ven deshonrosas esas labores que tan dignamente han tenido nuestros padres y abuelos. Nuestro error está claro: el error es haberles dado un título universitario. Ése y no otro es el germen del mal: una selectividad que deja pasar al 97% de los alumnos no es ningún tipo de selección. Los indignados nunca debieron entrar a la universidad, y si entraron, nunca debieron salir. Han fallado los filtros sociales, hay que cambiarlos. Pero el mal ya está hecho, la fuga radiactiva y el Síndrome de China son imparables ahora. Sin embargo, no los he visto indignarse por esta tremenda injusticia social: darle un título universitario a alguien que no lo merece es una crueldad sin límites para quien lo recibe, ya que le hace pensar que tiene unas capacidades que realmente no tiene. Si algún indignado está leyendo esto, rápido, organiza una asamblea para decidir si debéis devolver el título.


Y también está el indignado (gandul) trabajador, independientemente de que haya ido o no a la universidad. Es el que se cogía la baja porque le dolía allí; es el que empieza a recoger unos minutos antes de la hora; es el que hace 8 paradas al día para el cigarro; es el que en el boom puteaba a la empresa para que lo echaran y le pagaran finiquito; es el que aprovecha cualquier excusa para justificar dietas; es el que aprovecha el móvil y el coche de empresa para sus cosas; es el que rinde a la mitad de lo que podría, sencillamente porque su jefe "[...]es un cabrón que se forra a mi costa, y no hace nada. Con todo el dinero que yo le he hecho ganar a la empresa [...]". Muy bien, indignado (gandul), la próxima vez que te contrate avísame de que te pago por NO hacer bien tu trabajo, que por hacerlo bien quieres un extra de sueldo.
Al indignado (gandul) lo explotan. Pero, si tan rentable es explotar ¿porqué no se monta una empresa y se dedica a explotar y forrarse hasta las orejas? No, el indignado no quiere eso, el indignado quiere un sueldo seguro, 14 pagas, un mes de vacaciones y paro cuando se canse de trabajar. Además, si de verdad el empresario -esa reencarnación del demonio que se dedica miserablemente a dar trabajo a los demás, hay que ver...- explota a la gente ¿porqué quiere despedirlos? No sé, si yo tuviera un imperio con esclavos, procuraría mantenerlos a todos.

El indignado (gandul) lleva dos años en el paro, pero no ha tenido tiempo de aprender inglés, francés, alemán, portugués o chino. Recuerdo un documental donde un superdotado se propuso aprender en 15 días el idioma más complicado del mundo, y lo consiguió bastante bien. Nosotros no somos superdotados: estudiando a tiempo completo ¿no podemos aprender un idioma cada 4 meses?


El indignado (gandul) no sabe que es un gandul, o tal vez sí lo sabe pero mira para otro lado como la mujer de Lot y prefiere echar a los demás su propia culpa. Colegimos de aquí que la cobardía es otra de sus virtudes.

No recuerdo indignados(gandules) en la posguerra: los que querían trabajar, se armaban de valor y se iban a países donde no había paro.

Pero, si tanta razón tienen los indignados en algunas cosas ¿porqué vuelcas toda tu saña contra ellos?
Bien fácil. Porque no vi a un solo indignado salir a la calle cuando durante los últimos 7 años nuestros políticos le prendían fuego a todos los libros de economía de la historia, mientras duraban el pan y el circo , y sí los vi cuando ya era "desgraciadamente" inevitable la caída de su dadivoso Nerón y la llegada "aterradora" del nuevo Cónsul de Calígula, y ahora, los veo ahora, sobre todo ahora que ya no está el viejo Nerón incombustible, que ya sólo podrá arder en los recuerdos... Es una lástima que Roma no "pague" a los traidores. Y me ensaño también porque, como buen ágrafo que es el indignado (gandul), no ha leído historia y no sabe que banqueros, políticos y reyes vienen robando al pueblo desde antes de Sócrates, y que es así y no puede ser de otra manera porque la condición humana es vil en su naturaleza: no veo ninguna gacela quejándose del abuso de poder del león, pero sí leones que emigran cuando se acaban las gacelas.

Al indignado(gandul) lo veo indignarse de las grandes injusticias sociales, pero la mayor injusticia social es que a España le fuera bien de ahora en adelante, que a los españoles les fueran las cosas bien y no pasaran calvarios. Tras esos 7 años de destrozar todos los libros de economía de la historia, lo justo sería que viviéramos 100 años de miseria y pestes. Como también fue justo que tras la atrevida inversión en i+d que recibió Colón de los reyes de España se siguiera una época de 100 años de esplendor conviertiendo a este país en la primera potencia mundial.



El resumen de este artículo puede saltar alguna ampolla: los gandules no tienen derecho a trabajar. No me malinterpreten, pero es que son términos incompatibles.

Entonces, ¿qué hacemos con ellos? Nada, no podemos hacer nada, se pasarán la vida cobrando paro y recontraparo, seguirán siendo una carga para la sociedad eternamente. Esto en el Reino Unido lo tienen asumido, se les paga una ayuda mensual a cambio de que no armen jaleo en las calles ni engrosen las listas del paro. Hubo un tiempo en que la mendicidad era un oficio, hoy lo vuelve a ser con otros eufemismos. Pero el problema no tiene solución, no se puede hacer nada, esto no es Esparta, ni queremos que lo sea.

Así que, indignados(gandules) de España y del mundo: aprended chino, alemán o hindú si queréis ser la gacela que escapó al león o si queréis dejar de ser gacela, pero por favor, dejad de hacer el indio que por vuestra ignorancia me suben los impuestos y la factura de la luz.

Por todo esto y mucho más: cuánto me indignan los indignados...
Mierda, que dijo un sabio.




4 comentarios:

  1. Lamento tu error "el error es haberles dado un título universitario".

    Lamento que los esforzados como tú hayáis tenido que pagar a un gandul (indignado) como yo mi título universitario de ingeniero de caminos. Lamento que ahora tengáis que aguantar las gentes bienpensantes a los ingenieros indignados que después de haberse dejado los cuernos ganduleando en una ETSICCP, ahora sean chuleados por empresas multinacionales que ganan dinero.

    De verdad que siento mucho estar muy enfadado e indignado (¡anatema!)con lo que me está haciendo mi empresa y que eso te hiera el intelecto hasta tal punto de soltar la retahíla de tópicos que es tu post.

    Ismael, llevo 48 horas muy enfadado, hasta los mismísimos cojones de cómo me los están tocando a mí en el trabajo, de cómo me/nos están sangrando; y me da por leer la excentricidad esta que has perpetrado sólo porque algún idiota ha hecho la tontería con Pérez Reverte. Los prejuicios a los que pretendes criticar no se combaten con más prejuicios.

    ¡Apaga la tele! ¡Apaga la radio! Te están haciendo mucho mal.


    PD: Perdona la virulencia, pero estoy muy quemado porque no paran de intentar aumentarme el diámetro del orto; y encima me llamas gandul porque eso me indigne.

    ResponderEliminar
  2. Tu caso es un caso muy pero que muy particular, de hecho es la excepción que confirma la regla que aquí bosquejo. Ya hemos hablado de esto muchas veces, las empresas privadas son eso: privadas. Tienen derecho a retorcer a los empleados lo que les dé la gana, y éstos pueden irse cuando les dé la gana. Son las reglas del juego, el que no quiera jugar que no juegue, por eso hay tanta fuga de cerebros y capitales en España. Menos mal que la reciente reforma laboral ha sentado las bases para acabar con el oligopolio de los trabajadores (bueno, de los convenios de los sindicatos). Si no existieran los sindicatos dudo mucho que hubiésemos pasado de 4kk de parados. No por casualidad la Comunidad más liberal de España es la que más empleos crea. Nada de esto pasaría si tuviéramos el modelo austriaco donde el trabajador que decide irse voluntariamente no pierde sus derechos de finiquito. Todo el mundo tiene derecho a tener estabilidad laboral, pero es que el mundo no funciona así: el que arriesga su dinero tiene todo el derecho del mundo a ser león, y el que decide no arriesgar nada sólo le queda ser la gacela lista, la última en ser devorada. Vivimos en la selva y la gente sigue pensando que el mundo debería ser feliz: no, no lo ha sido ni lo será jamás porque nuestra naturaleza es otra. Pero no hay mal que por bien no venga: no hay que castigar a la serpiente por habernos mordido, hay que agradecérselo, porque precisamente gracias a su mordedura nos hace despertar del letargo mental en el que estábamos: el mundo es hostil, y sólo podemos ser tres cosas: león, gacela adaptada o gacela inadaptada. Es el equilibrio que viene gobernando en la Naturaleza desde hace 400kk de años.

    ResponderEliminar
  3. De todas formas, no deberías sentirte identificado con el texto, ya que comienza con lo de "los nuevos ágrafos", y siendo tú la única persona que conozco que sabe escribir muy bien, nunca podrás ser un indignado por más que quieras.

    ResponderEliminar
  4. ¿De qué libro de autoayuda de algún amigo de Jorge Bucay o similar has sacado esta historia de leones, gacelas, serpientes, letargo mental y equilibrio natural?

    ResponderEliminar

Opina ya